sábado, 29 de diciembre de 2007

Carta en dos entradas: al silencio


Soñé con la soledad.
Como se sueña con años de amarguras idealizadas por el tiempo.
Y en esos sueños, extrañando una figura que jamás ví, esperando el momento, bestia voraz de deseo insatisfecho, deseando lo que jamás se tuvo.
Un sueño que consumió una vida, una vida en infinita espera de ser vivida, eterno círculo de dolor, alimentándose a cada segundo de la savia vital de la juventud sepultada.
Un día apareciste, con tu sueter verde y tu mirada esquiva. No fue necesario que dijeras nada, sabía quién eras. Y tu perfume inundó mi alma, reviviendo a su paso un corazón reseco de soledad y frustración.
Llegaste para sanar mis heridas, y tal vez no supe darme cuenta. Y aún así estuviste.
La dulzura de tus ojos, tu solapada inocencia y el desparpajo de tu amor por la vida. Conocí la sonrisa, el calor, tu cercanía en mi pecho y el cigarrillo compartido. Tus manos fueron las mías, entrelazándonos en uno solo, guiándome por senderos desconocidos.
Tirano de los silencios, como mudos tu sollozos; y el fulgor de tu alma, impasible, a pesar de mí.
Siete años pasaron, de bonanzas y tormentas, y un milagro proyectándonos.
Y en mis silencios, en mis noches esquivas, pobres palabras, pobre consuelo de necio.
Y tarde, como siempre.

5 comentarios:

A do outro lado da xanela dijo...

¿Quién no se ha refugiado alguna vez en los sueños, intentando huír de la realidad y tratando de volver a lo que ha sido y ya no es?

Un saludo

Ana dijo...

Bueno, más vale tarde que nunca.
Me gustó esto que cuentas, conozco de eso.
El silencio muchas veces, casi siempre, va cargado de significado lo que pasa que no estamos dispuestos a escucharlo...

EL DESPOTRICADOR dijo...

a do outro lado da xanela:
A veces es un mecanismo de negación de la realidad, vivir en un sueño eterno, en el que la acción idealizadora del tiempo torna en dulces pasadas amarguras. La eterna añoranza trae aparejado ese riesgo, deformar el pasado y alejarnos del presente.
Te agradezco tu visita y tu comentario, espero que se repita.
Te mando un abrazo, hasta la próxima.

EL DESPOTRICADOR dijo...

Ana:
Es por demás grata recibir tus comentarios.
Es verdad respecto al silencio, pero a veces (como vivir en ensueño) conlleva un riesgo en el que es muy facil caer: la negación. Ahondar demasiado en nosotros mismos, indefectiblemente nos lleva al aislamiento, y a menos que eso sea lo que se busque, es un risgo demasiado grande a correr.
Te mando un enorme abrazo, hasta la próxima.

A do outro lado da xanela dijo...

gracias por tus amables comentarios en mi blog, y, como podrás ver, me pasaré frecuentemente por aquí. He leído tu trabajo y este me parece un sitio perfecto en el que perder mis pasos.

A propósito, mil gracias por el honor de aparecer en tus links. Tu también vas directo a los míos.

Un saludo y hasta pronto